Al entrar al nuevo pasaje, el visitante noto que las paredes tenían puertas y ventanas las cuales estaban distribuidas sin lógica alguna. Muchas de las puertas eran inalcanzables, otras estaban abiertas, pero en su interior se encontraba el mismo muro que las resguardaba.
Impactado por esto y boquiabierto el visitante volvió la mirada en búsqueda de aquel ventrílocuo y así seguir su caminar. Pero lo que encontró fue la silueta de este desvaneciéndose, al entrar en una de las puertas.
Después de este suceso la puerta se cerró lentamente, acompañada de un sonido agudo y ensordecedor. Dejando en claro que no habría posibilidad alguna de volverla a abrirla.
Una vez terminado el largo Eco dejado por el cierre de la puerta. En la lejanía se sentía un armónico sonido.
El visitante ya alejado de su sano juicio comenzó a caminar rápidamente por los pasajes del sofocante laberinto en su búsqueda, haciendo así aun más audible aquella hermosa pero nostálgica armonía, La cual lo sumergió en un cansado relajo. Que lo hizo dormitar.

sábado, 11 de octubre de 2008
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